Malasaña es bien conocido por ser el barrio del moderneo madrileño. Sin embargo, como ya sabrás, su pasado se remonta décadas atrás. Aunque sin duda, es conocido por ser el barrio de la Movida Madrileña, su pasado cultural es largo: cines, teatros, incluso chocolate.
Sí, has leído bien, chocolate. El pasado del barrio, además de estar relacionado con el 2 de mayo, también está relacionado con este dulce que en pleno siglo XIX sólo se consumía en la Corte, pero que hoy todos lo comemos casi a diario. Es extraño pensar que un producto que casi todos tenemos presente en nuestro día a día, hace fuera un delicatessen que pocos podían permitirse.
Demos un gran salgo temporal. Porque si hablamos de Malasaña y chocolate tenemos que mencionar la figura de Matías López y López. El impulsor de Chocolates y dulces Matías López, el mayor imperio comercial de este producto en el siglo XIX.
López y López comenzó a trabajar el chocolate como empleado en una fábrica ajena. Hasta que en 1851, con a penas 26 años, comprase un pequeño molino con el que empezar a producir su propio chocolate.
Poco a poco y traslado a traslado, Chocolates Matías López iría ampliando su espacio de trabajo hasta que en 1961 se mudase al número 32 de la calle Palma Alta. Cinco plantas en las que López y López estableció su domicilio y su fábrica.
A partir de ese momento comenzaría a abrir establecimientos por todo Madrid y dejaría de lado la producción a mano. Sería ya en 1875 cuando Chocolates Matías López tuviera que trasladarse a la fábrica de El Escorial porque la anterior se le quedó pequeña.
Chocolates Matías López y El Indio
¿Cómo llegó a ser tan popular Chocolates Matías López? El éxito de López y López residió, primero, en que la gente demandara su producto antes de que existiera y, segundo, en su cartelería: Los Gordos y los Flacos.
Posteriormente a que Matías López tuviera que irse del conocido barrio, algunos pequeños molinos artesanales siguieron trabajando el chocolate en el barrio. Uno de ellos fue la Fábrica de Chocolate el Indio de los hermanos Enrique y Mauricio Vela.
Este negocio, que abrió sus puertas en 1848 en la calle San Roque, permaneció vendiendo su chocolate hasta 1994. Más de 20 años después todavía es recordado como un símbolo de artesanía madrileña.
Como has leído, Malasaña es mucho más que la cuna de la Movida Madrileña, también es la del chocolate. Cada día aprendemos un poquito más sobre el pasado de este barrio. Además de haber sido escenario histórico, él ha acogido grandes cambios generacionales. Hoy vive una nueva etapa. Y en ejemplo de ello es su amplia oferta cultural, ocio y comercial. Tienes que pasearte por sus calles.
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