
Hasta el 27 de enero de 2019 en el Museo Thyssen-Bornemisza
Más de medio centenar de obras, reflejo de la tragedia humana
Beckmann: Figuras del exilio. Con un lenguaje personal que nada tenía que ver con el de sus contemporáneos, Max Beckmann consiguió ser uno de los artistas alemanes más destacados del siglo pasado. Esta muestra se centra en su peculiar estilo expresionista y los principales aspectos de su obra.
Hasta el 27 de enero, el Museo Thyssen-Bornemisza acoge una muestra con más de 50 obras del artista. Gracias a la exposición, podremos hacer un recorrido por la producción de Beckmann. Desde sus inicios en el expresionismo hasta la nueva objetividad.
Un artista atormentado
Max Beckmann nació en Leipzig (Alemania) en 1884. Terminó sus días en Nueva York, en 1950. Aunque próximo en sus inicios al expresionismo y a la nueva objetividad, Beckmann desarrolló una pintura personal e independiente. Su signo era realista, pero lleno de resonancias simbólicas. El artista se ha convertido así en un icono del siglo XX, gracias al testimonio vigoroso de la sociedad de su tiempo.
La vida del artista alemán no fue fácil. La obsesión por la tragedia humana es un aspecto que se refleja en su obra constantemente, como un leitmotiv. Con una forma de expresión muy personal, sus cuadros son imágenes crudas y cortantes que no dejan indiferente a nadie.

La exposición
La exposición, comisariada por Tomàs Llorens, reúne más de medio centenar de obras. Entre ellas, pinturas, litografías y esculturas que siguen un recorrido temático a lo largo de la muestra. La obra del artista está presentada en dos secciones. La primera recoge los años en que Beckmann vivió en Alemania. La segunda, se centra en su etapa artística en Ámsterdam y los Estados Unidos.
Todas las piezas están organizadas entorno a cuatro figuras retóricas relacionadas con la experiencia del exilio. No como concepto literal, sino como condición existencial del hombre moderno.
La primera parte de la colección es de menor tamaño. Cubre la etapa de Beckmann en Alemania. Desde los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando comienza a ser reconocido públicamente, hasta el ascenso del fascismo en la década de 1930. Entonces, es expulsado de la Escuela de Arte de Frankfurt en la que daba clases. A partir de ahí, se le impide exponer sus obras en público.

La segunda parte, más extensa, se dedica a los años de Ámsterdam y Estados Unidos. Vivió allí tras verse obligado a abandonar Alemania. Esta sección está estructurada en torno a cuatro metáforas relacionadas con el exilio: Máscaras, Babilonia eléctrica, El largo adiós y El mar.
La primera está centrada en la pérdida de identidad que se asocia con la circunstancia del exiliado. El recorrido continúa con una reflexión sobre el vértigo de la ciudad moderna como capital del exilio. A continuación, El largo adiós plantea la equivalencia entre exilio y muerte. Como colofón a la exposición, se echa un vistazo al mar como metáfora del infinito, su seducción y su extrañamiento.
Visita la exposición
Recuerda, la muestra estará disponible hasta el 27 de enero en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. La dirección exacta es Paseo del Prado, 8. La entrada general a la exposición tiene un precio de 12 euros y la reducida de 8. Podrás disfrutar de la exposición de martes a sábado en horario de 10 a 22 horas y los domingos de 10 a 19 horas.
Como siempre, te recomendamos el transporte público para acudir a la cita. Podrás acercarte al museo en la Línea 2 de metro (estación Banco de España) o en una de las múltiples líneas de autobuses urbanos. Si optas por el cercanías, la mejor opción es bajarte en la estación de Recoletos. ¡Que disfrutes de la exposición!
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