La miopía infantil es un defecto refractivo que provoca durante los primeros años de vida de los pacientes una mala visión a media y larga distancia. Este defecto hace que las imágenes se formen de manera incorrecta delante de la retina. Llegar a detectar la miopía en niños no siempre es sencillo, entre otras cosas, porque los pequeños no son capaces de identificar sus problemas de visión (en muchos casos porque siempre han visto así). Por este motivo resulta fundamental contar con la ayuda de equipos especialistas que nos ayuden, asesoren y orienten antes la posible presencia de síntomas. La clínica Martínez de Carneros, con más de 40 años de experiencia en el sector, es una de las clínicas referentes de la ciudad.
La miopía infantil es más habitual de lo que pensamos. Es importante detectarla a tiempo, no sólo para controlar su evolución, sino para que los pequeños puedan llevar una vida normal cuanto antes. Distintos estudios avalan la idea de la relación entre la presencia de miopía y el bajo rendimiento académico. Algunos de los síntomas que nos ayudan a estar alerta son:
- Picor de ojos
- Lo niños se acercan demasiado los objetos al prestarles atención (libros, juguetes….)
- Dificultades para reconocer a padres o familiares a media o larga distancia
- Fuerza la vista para enfocar
- Bajo rendimiento académico
- Dolor de cabeza
- Cansancio visual
En el caso de los niños no siempre es fácil detectar el problema, entre otras causas, porque no consiguen verbalizar o reconocer los síntomas, especialmente, en aquellos casos en los que tienen la miopía desde el nacimiento.
Mejores tratamientos
Son distintas las opciones con las que actualmente se puede curar la miopía. En primer lugar están los quirúrgicos, dentro de los que se destacan:
Láser PRK: este tipo de tratamiento fue el primer método quirúrgico para conseguir corregir los problemas de visión a través del moldeado de la córnea mediante un laser excimer. En estas intervenciones se retira y desecha la capa externa de la córnea (epitelio) para posteriormente moldear la córnea con la ayuda del laser. Tras finalizar la intervención el epitelio debe regenerarse por sí mismo. Esto supone una recuperación un tanto más larga con respecto a otras técnicas.
Láser Femtolasik: se trata de un tipo de cirugía en la que mediante el láser se crear un pliegue del epitelio con el que se permite el acceso del excimer para poder hacer el moldeado. Con un segundo láser este pliegue del epitelio se recoloca en su lugar original consiguiendo que se recupere sólo. Con esta técnica los tiempos de recuperación del paciente son mucho menores.
Lentes Intraoculares ICL: con el tercero de los métodos se llega a implantar una lente de contacto flexible e intraocular entre el iris y el cristalino del ojo. Esta lente llega a introducirse a través de una incisión muy pequeña. Es un método indoloro y no requiere ingreso hospitalario. Es una de las técnicas con las que se consiguen resultados casi inmediatos. Es el método perfecto para pacientes que no tienen un grosor de córnea adecuado para poder lleva a cabo una intervención con láser.
Otros tratamientos sin cirugía
Además de las gafas graduadas o de las lentes de contacto, hay otros tratamientos no quirúrgicos que pueden ser de gran ayuda como la ortoqueratología o terapia refractiva corneal. A través de este tratamiento y mediante unas lentes de contacto, se consigue moldear la córnea durante el sueño y corregir la miopía de forma temporal. Se trata de un método seguro y totalmente válido para problemas leves a moderados.
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